Los neurotransmisores son sustancias químicas que se encargan de transmitir información de una neurona a otra.

Las neuronas se relacionan entre ellas mediante uniones especiales llamadas sinapsis. En las sinapsis químicas no existe contacto directo entre una célula y otra. Es decir, más que una unión, la sinapsis es en realidad un hendidura en la que existe intercambio de información entre dos neuronas. En la sinapsis, una neurona presináptica es la que se encarga de emitir información y una neurona postsináptica se encarga de recibirla. Esa información está codificada en neurotransmisores.

Los neurotransmisores que libera la neurona presináptica modulan la actividad de la neurona postsináptica

Los neurotransmisores se producen, almacenan y liberan desde las neuronas hacia la sinapsis. Se han encontrado más de cien tipos de neurotransmisores, cada uno de ellos con distintas funciones. Para cada neurotransmisor, existe un receptor en la neurona postsináptica: la interacción entre el neurotransmisor y su receptor modula la actividad de la neurona postsináptica, ya sea excitándola o inhibiéndola, o sea, aumentando o disminuyendo su actividad.

En el cerebro, la comunicación entre neuronas suele darse entre complejos circuitos que involucran miles o millones de neuronas, que muchas veces liberan y reciben simultáneamente más de un tipo de neurotransmisor.

El efecto que ejercen los neurotransmisores en las neuronas puede ser a corto plazo, durante pocos segundos, o a largo plazo, durante meses, e incluso años.

Existen más de cien tipos de neurotransmisores, cada uno de ellos con distintas funciones¹. Algunos de los más conocidos son la dopamina, relacionada con la sensación de bienestar, placer y relajación, y la serotonina¹.

En resumen, los neurotransmisores son esenciales para el funcionamiento del sistema nervioso, permitiendo la transmisión de información entre las neuronas y jugando un papel crucial en una variedad de procesos cognitivos y emocionales.